16 de junio de 2011

El ascensor (Relato Erotico)

La ví desde que salió de su apartamento, coincidimos en el ascensor, iba lista para una cita quizás. Llevaba pantalón ajustado, el cual hacia notar las horas de trabajo en el gimnasio. Una blusa de escote que dejaba ver sus incipientes pechos, piel suavemente bronceada y su cabello rubio y ondulado. Su cara hermosa con ojos verdes, sus labios rojos provocativos, delicadamente maquillada.



Cuando las puertas del ascensor cerraron, la agarré por la cintura y bajé hasta la altura de su abdomen, acerqué mi cara hasta su entrepierna, para poder sentir el olor que exhalaba su perfume, pero al mismo tiempo el olor tan conocido de la vagina. Presioné con mi boca, y con mis manos comenze a masajear sus pechos, por debajo de su blusa. Sentí el sosten delicado, mientras con los dedos lo abría ligeramente para acariciar los pezones. Bajé el cierre de su pantalón, hasta que finalmente pude ver, su monte de Venus, levantado orgullosamente, el olor era cada más fuerte, y comenze a acariciarla con mi lengua, le di vuelta y le apreté las nalgas, corrí el hilo y metí mi nariz. Aspiré ese olor que me embriagaba y saqué la lengua para chuparla con delicadeza. Luego la volví a voltear, y le corrí de nuevo el hilo, abrí los labios externos y procedía a lamerla con muchas ganas.




Fue tanta la excitación que casi me vengo en los pantalones, ella tambien lo disfrutaba, podía escuchar sus suaves gemidos de placer, mientras yo con mi lengua sorbía los jugos que fluían de su vagina. Luego me levante, y la arrecoste de la pared del ascensor oprimiéndole mi pene en su vientre. Debido al grado de excitación, ella no se resistio y con sus manos comenzó a desabrochar mi pantalón hasta sacar la gran cabeza de mi pene erecto. Lo puso en sus labios y comenzó a mamarlo como si fuera una fruta, lo hacia con ganas como si tuviera sed de semen. Sentía la pulsante cabeza, grande, gruesa, y la textura mi pene rodeada de venas que se le hacía deliciosa. Cada mamada le permitía succionar un poco de mi líquido preseminal, el cual tragaba como si le fuera la vida en eso. Era de tal poder que empeze a dar señales de que iba a descargar en su garganta, pero yo lo que quería era disfrutar ese culo que tantas veces había deseado.





Rápidamente saqué mi pene de su boca, bajé sus pantalones, dejándola desnuda con un pequeño hilo que se le pegaba a la raja de la vagina. Me encontré con su cliptoris duro, la bese, probé ese líquido pegajoso y delicioso que fluia por la excitación. Sin más, con toda mi fuerza la tomé por las piernas, la alzé y la dejé caer sobre mi pene, logrando penetrarla, cosa que al estar tan excitada permitió el paso del intruso con relativa facilidad. Comenzé a meterlo y sacarlo una y otra vez, cada vez con mas fuerza, ella se quejaba de placer, me apretaba la espalda con tanta fuerza que me dejo marcas. Pudimos ver el cielo por unos minutos. De pronto, se retorció y me abrazo con fuerza, y pude sentir el tibio liquido que me avisaba que había llegado al climax.




Deje caer sus piernas para separarme, yo estaba a punto de acabar. Ella se agachó y llevó de nuevo mi pene a su boca, comenzó a mamarlo con mucha pasión, mis ojos se voltearon de tanto placer, ya me venía, estaba a punto de acabar en su boca y dejarla tragar ese semén que tanto ella deseaba. Cuando de pronto se detuvo el ascensor, se abrieron las puertas y puff desperté de mi sucia ilusión. Salimos, y ni me hablo,pero pude notar que se despidió con una mirada de reojo a mi notable erección bajo el pantalón.